Fueron los españoles quienes introdujeron esta raza de caballo en el continente americano. Los caballos acompañaron a los indios llaneros hacia el norte del continente norteamericano cerca de 1730.
Los caballos Appaloosa son fuertes, musculosos y llenos de potencia. Su altura de cruz oscila entre los 145 y los 160 centímetros. La línea dorso lumbar es rectilínea, y la cabeza y el cuello bien proporcionados. Sus extremidades son firmes, bien delineadas y limpias. Pero el rasgo característico de estos caballos son sus manchas.
Esta raza es de temperamento dócil y muy sensible, su docilidad e inteligencia, los convierten en caballos adecuados para el paseo. Además de manejables, son caballos con una gran capacidad de aprendizaje.
Aunque en el pasado se consideraba al Appaloosa un caballo muy apto para las pruebas del oeste (trabajo con rebaño, apartado, etc.), actualmente se utilizan más para las modalidades de salto y adiestramiento. Incluso han llegado a competir con éxito en pruebas de endurance.
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